martes, 4 de abril de 2017

Gran Poder de Sevilla

Todo sevillano tiene como una especie de GPS biológico que lleva a San Lorenzo, recorre calles, atraviesa plazas, callejuelas y rincones y siempre acaba donde el verdadero Dios hecho hombre se guarda. Todas las almas siguen el faro que es torre guardian de la Plaza de los sueños. Allí vengo a buscarte Señor.

¿Cómo vengo a escribirte a ti? Señor de Sevilla, padre de todos nosotros, llama de fe que sigue viva, por mucho tiempo que pase y aquí sigues iluminando los días. Señor de mis recuerdos, de cada Viernes viniendo a tu casa de San Lorenzo, de encontrar en tu rostro todo lo que quiero, que han pasado los años y sigo sin poder explicar lo que pasa cuando te veo.

¿Cómo te cuento Señor lo que siento? Si me has visto crecer en tu Plaza de Lorenzo, si has vivido mi madurez desde que era un niño pequeño y como con tu fe hoy me siento, Gran Poder, cristiano gracias a conocerte desde aquel tiempo.

Dime Señor dime, ¿Cómo te escribo lo que siento? Si has escuchado mis oraciones, mis mas profundos pensamientos, cuando todo se desvanecía allí siempre aparecía a buscarte en San Lorenzo, donde estabas esperando con tu mirada buscando y tu camarin abierto. Cuántas plegarias pasan al día por tu pie, cuánto te necesitamos Señor del Gran Poder para dar sentido a la vida. Hasta tu madre, gran desconocida de Sevilla, sabe que es Madre del Dios de Sevilla por eso cuando marcha tras de ti en la madrugada lleva ese paso firme para volver a ver tu cara.

Dime Señor dime, ¿Cómo eres capaz de dar esa zancada? Con el peso de la cruz, pecados de nuestras almas, pero aun así es fuerte tu pisada, con paso firme y de frente lleno de fuerza y de gracia, lecciones que permanecen y quedan en la historia, que es tu rostro el ejemplo de la divina misericordia.

Cada año suena el reloj, dan las 8 de la mañana y es la seña de que de Dios ha bajado a bendecir la ciudad de sus entrañas, y allí que estoy yo a encontrarme con tu cara. Te doy mi beso Señor en tus manos soberanas, las que guardan el amor de la ciudad sevillana, como cada año Señor tu bajada marca el momento de que todo vuelva a empezar, que se repita todo de nuevo y aquí un año mas estemos para verlo.

Y esa Madrugada de Sueño verte de nuevo caminar por una Sevilla que reconoce a su verdadera majestad, Señor de nuestra ciudad, que nunca nos falte tu amor, que es el amor verdadero, Gran Poder de mis anhelos, gracias por enseñarme la fe que hoy profeso.

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