sábado, 25 de marzo de 2017

La Bofetá de San Lorenzo

Tenia que llegar el día, he intentado retrasarlo todo lo que podía, llevo pensando este texto desde que supe que te escribiría, a ti Dulce Nombre de María. Han pasado meses desde aquel momento y aún no encuentro unas palabras que decir en el texto. Tu que me has visto muchos Viernes en tu casa de San Lorenzo, que siempre en tu capilla me esperas paciente, con cariño y esmero, como abres tu reja para que entre hacia adentro y pueda rezarte de cerca y decirte un te quiero. Casi no puedo hablarte cuando en frente te tengo, entonces dime madre ¿Cómo te escribo ahora este texto?

Y frente a ti me encuentro y ya si giro la cabeza y veo a tu Hijo, que con las manos atadas y preso, no agacha la cabeza ni un solo momento, que espera esa bofetá sin ningún tipo de miedo, que es valiente como ninguno y nos da lecciones en cada momento. Ese hijo que de nosotros mismos sigue recibiendo golpes y porrazos cada vez que lo insultamos y en Él no confiamos, y sigue poniendo su otra mejilla y nos sigue tendiendo la mano, y sigue abriendo sus puertas y en San Lorenzo permanece esperando.

Cada Martes Santo, Malco vuelve a lanzarte la mano y todos nos sentimos aterrados ¿Cómo es posible que vayan a pegar al más Santo? Y luego somos nosotros mismos los que le acabamos pegando. Padre solo te pido que me sigas enseñando, que como tú sea capaz de seguir manteniendo la cabeza alta, poner la otra mejilla, por muchos palos que vengan al igual que tú demuestras tu fuerza cada Martes Santo por las calles de Sevilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario