viernes, 24 de marzo de 2017

Desde el barrio torero

 Tarde torera, barrio torero, y un Cristo tan torero como Morante de la Puebla. Va crucificado desde San Bernardo, con sones de presentación, y se presenta a Sevilla repartiendo salud desde la cruz. Y su madre va buscando refugio a sus dolores, sale. La calle en busca de ese refugio que sólo su barrio y Sevilla saben darle. Una madre sufridora, como sufre la madre de un torero.

  Y llega la Hermandad a su puente. El camión de los bomberos sube la escalera a los cielos y se produce un momento mágico. La banda, la luz, las flores, la gente, y él. Las flores caen desde el cielo, rindiendo homenaje al que da salud a esos bomberos para que puedan salvar vidas, como hizo el que murió por nosotros para salvarnos.


  Estamos en la noche del Miércoles Santo, barrio de Santa Cruz. No cabe un alma por sus callejones. Suena la madrugá, y en los mandos Manolo Villanueva. Muy suavito, las llama muy cortas. La gente de abajo sufre los kilos que aplastan, y lel público contiene el aliento al ver la maniobra. Parece que va rozar por las paredes, pero ella como su barrio y como su hijo, pasa las estrecheces de Santa Cruz, toreramente.

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