En el antiguo Compás de la Laguna, donde los sueños se
cumplen y una plaza revive año tras año como se llega a la gloria con los sones
más sevillanos que llegan al mismo cielo, por Sevilla despojado, por los sevillanos
crucificado, Dolores y Misericordia de María que con San Juan de compañía bajo
palio siguen los sonidos y melodías de Virgen de los Reyes, la música de
Sevilla.
Te desvisten Señor, mientras clavas tu mirada en el cielo, buscando ese consuelo, ese que encontró aquel preso que en su celda te realizó fijandose en el Greco. Buscas ese aliento Señor, ese cobijo que te resguarde, que amarga la pasión, que duro el sacrificarse, pero te entregas por nosotros y sin dar una sola queja.
Dolores y Misericordia nombre de madre y reina, acompañada de San Juan, que como puede la consuela, ella que desde su altar cuida de los niños que juegan en la plazuela, esa la de Molviedro donde las plegarias se rezan que hasta el Señor de Sevilla por alli se pasea en noche de Viernes Santo y con la luna más llena, para no perderse tan explendorsa belleza.
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