jueves, 24 de noviembre de 2016

A tí cofrade

Este texto va por tí, cofrade. Cofrade que espera impaciente. Cofrade que hueles a incienso todo el año. A tí que vives en un Domingo de Ramos diario.

Va por ese nazareno de cirio, el de tramo, el de toda la vida que saca su papeleta y completa su estación de penitencia por él y los suyos, el que lleva el rosario de la muñeca colgando y misterio a misterio se consume como la vela de su cirio.

Va por ti costalero, que sobre tí llevas el peso de Dios y su Madre, los pies de nuestras devociones que llevais con cariño y amor a los que ya por desgracia no pueden ir a verlas en sus iglesias y las levantais al cielo para que los que están ahí arriba también la sientan muy cerca.

Va por tí acólito que alumbras o inciensas el camino, por tí que tienes el privilegio de ser la antesala de la gloria, por tí que te pones al servicio de Dios y le marcas el camino, por tí que aguantas el peso del cirial sin rendirte por muchas horas que sean para anunciar la llegada del paso.

También va por ti aguaor que alivias la sed de cada hermano, por ti cerero que das forma a la cera para alumbrar el buen sendero, va por ti capataz que conduces a los costaleros, por tí músico que pones melodía a los misterios de nuestra fe. Va por tí florista que pones el color y el olor, por tí prioste que trabajas para montar cada parte del paso, por tí camarera que preparas a Cristo y a la Virgen para que estén mejor que nunca.

Y va por tí, cofrade de a pie, que buscas y esperas una cofradia para arroparla y rezar en cualquier punto del recorrido, va por tí que das vida a nuestra a Semana Santa para que nunca se apague la llama de la fe, va por tí que vas a tu hermandad a servir, a ayudar para que todo sea posible, gracias a tí tenemos Semana Santa.

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